¿ESTÁS ESTANCANDO POR ENCIMA DE 100?
- Agustin

- 8 jul
- 4 Min. de lectura
Aquí te explico por qué... y cómo superar ese límite.
Ese simbólico resultado de 100 golpes es una obsesión para miles de golfistas aficionados. Nos acercamos a él, lo creemos, y luego nos derrumbamos en los últimos hoyos. No se trata de un swing perfecto ni de suerte con el putting. Hay obstáculos muy reales, a menudo invisibles para los propios jugadores. Comprender lo que realmente sucede en el campo, tanto en la mente como en las piernas, nos permite superar este límite simbólico. Aquí están los errores más comunes que nos impiden cruzar este umbral y las maneras concretas de lograrlo.
Siempre apuntas a la bandera: el costoso error
Muchos golfistas aficionados siguen apuntando directamente a la bandera , independientemente del contexto. En teoría, esto parece lógico. En el campo, es una trampa. Las zonas de peligro alrededor de la bandera son numerosas: bunkers, pendientes, agua o rough profundo. Apuntar al centro del green, o incluso a una sección más ancha, es elegir la opción segura, la que evita dobles o triples bogeys.
La gestión del campo, a menudo pasada por alto, influye directamente en la puntuación. Evitar la bandera cuando el tiro perfecto es arriesgado permite ahorrar varios golpes por ronda. No se trata de jugar "a lo seguro" siempre, sino de aprender a elegir bien las batallas, especialmente en pares 4 largos o greens inclinados .
Adoptar esta estrategia requiere un cambio de mentalidad: debes reemplazar la obsesión por el "birdie" con una lógica de tiros de colocación. Esta disciplina transforma la irregularidad.
Tu putting te está arruinando más de lo que crees
Muchos jugadores subestiman el impacto que el putting tiene en su puntuación general. Con ocho putts de tres golpes en 18 hoyos, se añade un promedio de cinco a seis golpes evitables. No leer con precisión la veta del césped, gestionar las pendientes o combinar los golpes correctamente tiene un coste elevado.
El problema rara vez reside en la mecánica del golpe. Es principalmente la falta de adherencia a la línea elegida o una dosis incorrecta lo que provoca que se fallen putts decisivos. En greens inclinados o con veta, no tener en cuenta la dirección de las quemaduras del césped distorsiona por completo la trayectoria.
Mejorar el putting no se trata de pasar horas embocando putts de 1,5 m. Se trata de aprender a leer los greens, a sentir la velocidad y a mantener la línea al máximo.
Una mejora en este aspecto por sí sola suele permitir bajar de 100.
Subestimas el impacto de la fatiga física
En los primeros nueve hoyos, los swings son nítidos y los tiros limpios. Luego, a partir del hoyo 12 o 13, los errores se acumulan. El cuerpo ya no aguanta el ritmo. La mente flaquea. Aquí es donde entra en juego la condición física. Un jugador que recorre todo el campo sin estar acostumbrado se cansará más rápido de lo que cree.
Un ritmo irregular, la falta de movilidad o la falta de concentración pueden provocar golpes excesivos, roces o tiros desalineados. El final del partido se convierte en una prueba de resistencia. En este punto, ni siquiera el mejor consejo técnico basta.
Para evitarlo, necesitas incorporar algo de preparación física a tu rutina semanal: caminatas rápidas, fortalecimiento del core y movilidad articular. Estos esfuerzos fuera de pista suelen marcar la diferencia entre un frustrante 102 y un exitoso 98.
No eliges los palos adecuados al principio
En algunos hoyos, usar un hierro en lugar de una madera, o viceversa, cambia radicalmente la situación. La elección incorrecta del palo al principio da lugar a segundos golpes demasiado largos o difíciles, lo que aumenta el riesgo de error. La idea no es jugar corto, sino jugar limpio.
En hoyos con agua, optar por "sobrejugar" la distancia con un palo demasiado corto conlleva directamente una penalización. El miedo a ir demasiado lejos a veces lleva a los jugadores a usar un palo inferior, lo cual es aún peor. Una buena elección de palo les permite buscar zonas seguras y acercarse a los greens en mejores condiciones.
El reflejo correcto: tener siempre un plan claro para el hoyo. ¿Dónde está el peligro? ¿Cuál es la mejor salida? A partir de ahí, elige el palo para llegar. Es esta sencilla estrategia la que transforma un bogey en par o un triple en bogey, lo que a veces basta para bajar de 100.
Te falta rutina y concentración en momentos clave
En el campo, la presión aumenta con cada hoyo. Las decisiones se aceleran, las rutinas se acortan y los errores se cuelan. Sin un ritual estable antes del golpe, la consistencia del swing se desmorona. La cabeza entonces dicta cosas que el cuerpo ya no puede ejecutar.
Una rutina sólida y constante crea un ancla mental. Te permite aislarte de los elementos externos, reconectar con las sensaciones de tu cuerpo y ejecutar cada tiro con intención. Es un estabilizador del rendimiento, especialmente al final del partido.
La concentración no se trata de fuerza de voluntad, sino de preparación mental. Entrenarse para tomar una decisión clara, visualizar el tiro, respirar profundamente, mirar a un objetivo específico... Estos microgestos, repetidos sistemáticamente, protegen contra malas decisiones y golpes precipitados.
Adopte un objetivo claro antes de cada disparo, incluso en aproximaciones cortas
Mantener una rutina constante, incluso bajo presión
Respira y realiza cada swing con la misma intención
Por qué tendrás éxito... si eliminas estos obstáculos
Bajar de 100 no es un logro reservado para la élite. Es consecuencia directa de una serie de ajustes en puntos clave: decisiones estratégicas, forma física, putting, mentalidad y rutina. No se trata de un cambio técnico repentino, sino de una acumulación de decisiones más precisas.
Al analizar las verdaderas causas de tus altas puntuaciones, recuperas el control. Cada golpe cuenta, pero no todos son iguales. Debes aprender a salvar los que más cuestan: errores de juicio, putts malos, decisiones precipitadas.
Con un objetivo claro, herramientas sencillas y un poco de disciplina, esa puntuación legendaria se vuelve alcanzable. La próxima vez, puede que no sea perfecta... pero estará por debajo de 100.





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